La “guerra” entre Apple y Meta por quedarse con los mejores talentos del mundo

El metaverso es quizás una de las apuestas más ambiciosas de cualquier compañía en los últimos años. Al anunciar la construcción de ese universo digital, Facebook dijo que invertiría inicialmente unos 50 millones de dólares y de paso reorganizó su negocio: creó una matriz llamada Meta, que abarca a Instagram, WhatsApp y el propio Facebook.

Pero eso no fue todo, el gigante tecnológico que encabeza Mark Zuckerberg le dijo al mercado que para levantar este nuevo mundo contrataría a 10.000 personas que se encargarán de ejecutar el proyecto en un lapso de cinco años. Esto, ciertamente, desató una “guerra” por el talento humano entre las empresas del sector.

La historia es así: Meta (Facebook) busca desarrolladores y diseñadores 3D que serán quienes le den forma al metaverso; ingenieros de software, que encenderán los motores de ese mundo digital y expertos en ciberseguridad, entre muchos otros. El proyecto está seduciendo a colaboradores de otras tecnológicas, como Apple.

Justamente esta semana Bloomberg referenció una particular situación: la compañía de la manzana mordida está ofreciendo bonificaciones a sus talentos de hasta 200.000 dólares con tal de que no se vayan a Meta.

El “cariño” para los colaboradores está en el rango de los US$100.000 a los US$200.000 dependiendo de la importancia del cargo, los años de experiencia y hasta dónde estén dispuestos a alargar su vinculación con Apple.

De hecho, el plan es otorgar las bonificaciones a través de acciones de Apple paulatinamente en los próximos cuatro años para asegurar, no solamente que los talentos no se vayan a Meta, sino que su estancia en Apple se prolongue para ayudar a los nuevos desarrollos.

¿Estrategia favorable?

Según expertos esta puede ser una jugada redonda para los empleados, toda vez que las acciones podrían dejarles interesantes réditos en caso de valorizarse en los próximos años.

Y no es una escenario descabellado. Esta semana el mercado vio cómo el fabricante del iPhone registró el repunte más importante de su acción en casi 20 años, luego de que ajustara más de 10 días consecutivos subiendo, con lo cual se acercó a los US$180 y, de paso, a su máximo histórico que es US$182,01.

Adicional, Apple prepara una nueva funcionalidad que promete y de paso haría más apetitosa su acción. Se trata de un servicio de suscripción de hardware para los iPhone y otros productos.

La estrategia “se diferenciaría de un programa a plazos en que el cargo mensual no sería el precio del dispositivo dividido en 12 o 24 meses. Más bien, sería una tarifa mensual aún por determinar que depende del dispositivo que elija el usuario”, describió Bloomberg.

Aunque no se conocen mayores detalles, esta parece ser una puerta para que Apple impulse su negocio en todo el mundo, el cual depende hoy en día en buena parte de las ventas de iPhone. Por supuesto, el éxito que tenga dependerá de la capacidad de esa firma de evitar que las mejores “armas” de su fuerza laboral se marchen.

No solo se pierde talento

Con la potencial fuga de talento las tecnológicas no solo pierden colaboradores, también dinero. La firma PageGroup, que se enfoca en el reclutamiento especializado de profesionales, recopiló datos en los que se sugiere que estas situaciones suponen para las empresas una pérdida económica de hasta un 20% del salario anual del trabajador fugado.

“La fuga de talento representa un gran desafío para las organizaciones pues puede implicar numerosas pérdidas económicas, una baja en su productividad e, incluso, un ‘efecto contagio’ (es decir que más miembros del equipo decidan irse)”, dice un análisis de PageGroup.

De hecho, vale recordar que la “disputa” entre Meta y Apple no es precisamente nueva. Ya a finales del año pasado se había reportado que la primera empresa en cuestión se llevó cerca de 100 ingenieros de la segunda. En respuesta, Apple contrató a Andrea Schubert, quien lideraba las comunicaciones y relaciones públicas de Meta, y en enero de este año pasó a liderar la misma área en la compañía de la manzana mordida.

Pero más que responder con la misma moneda a la fuga de sus talentos, la movida de Apple fue estratégica, pues Schubert tuvo un rol protagónico en el desarrollo de la idea del metaverso para Meta, y ahora, en la otra orilla, es considerada como clave para lanzar al mercado las Apple Glasses, que se rumoran desde hace varios años y serían unas gafas de realidad aumentada con experiencia inmersiva.

“La globalización, la no localización de los puestos de trabajo, la competitividad del mercado, el gran abanico de oportunidades y demás factores se han apoderado del mundo laboral (…) sabemos que la renovación será constante e imparable”, analizó Eliana López, executive manager de Michael Page, en relación a la “tendencia” de la marcha de los colaboradores más importantes de una firma a otra.

La experta recuerda que “el mundo ha cambiado para siempre y las compañías que comprendan lo que buscan los trabajadores habrán ganado una gran ventaja: retener su talento”.

Otras fugas sonadas

Que la disputa del momento involucre a Meta y Apple no quiere decir que sea el único caso de fugas de talento. En agosto del año pasado, por ejemplo, se conoció que en la división de pagos de Google salieron 7 de los principales colaboradores por supuestos desacuerdos con el ritmo de la compañía.

Como suele ocurrir en estos casos, a quienes salieron de allí se les asoció con la creación de empresas. Esa es la situación de Felix Lin, quien se desempeñaba como vicepresidente del ecosistema de pagos de Google y Zelidrag Hornung, exdirector de ingeniería de Google Pay, que se marcharon para dar vida a una startup, como referenció el medio especializado Business Insider.

En el caso de Amazon se conoció a principios de este año que también estaba experimentando esta problemática y, al igual que Apple, planteó una remuneración a través de acciones para determinados empleados y así contrarrestar un posible éxodo.

Incluso, se señala que Amazon baraja altas contraofertas a los colaboradores que estén planteándose el retiro del gigante del comercio electrónico, y además evalúa implementar estrategias para identificar el nivel de satisfacción de los empleados.

Eso sí, la situación no es generalizada para las compañías más grandes del mundo. En casos como los de las chinas Alibaba y Tencent más que riesgos se divisan oportunidades, entendiendo que en la potencia asiática existe mano de obra propia, suficiente y calificada para ejecutar sus planes.

Toda una región afectada

Lejos de ser una problemática del primer mundo y que solo afecta a las grandes compañías del mundo, la fuga de cerebros le pega día a día América Latina y el Caribe. Solo por dar una cifra, la Cepal calcula que más de 30 millones de latinoamericanos y caribeños viven fuera de sus países de origen; un 70% de ellos está en Estados Unidos.

Esto, sumado a la baja productividad en la región, es un dolor de cabeza y una barrera para el desarrollo según ha advertido la OEA. Indudablemente, también repercute en que el crecimiento de esta zona del mundo se ralentice en comparación con otros territorios.

Para contextualizarlo en Colombia basta con hablar con emprendedores de sectores tecnológicos en Medellín, quienes creen que el posicionamiento de la ciudad como referente de innovación ha sido un arma de doble filo pues por un lado ha ayudado a que más empresas se fijen en la capital antioqueña para invertir o hacer negocios, pero por otro ha promovido la llegada de competidores foráneos fuertes que se están llevando el talento al estar respaldados por un importante músculo financiero.

Quienes saben del tema dicen que más allá de ofrecerle más plata a los trabajadores para que no se vayan, la clave está en “seducirlos” con una mayor flexibilidad laboral.

“Es necesario incentivar permitiendo que el modelo híbrido se viva a plenitud, para que aquellos que desean trabajar desde casa puedan hacerlo, al menos una parte del tiempo”, es uno de los ejemplos que pone PageGroup.

Aunado a esto será importante un monitoreo constante de las sensaciones de los trabajadores y, sobre todo, crear un ambiente en el que ellos sientan que laboran por un propósito valioso. Lo cierto es que ahora el balón parece estar en el terreno de los colaboradores, quienes cada vez son más exigentes y desean apuntarse a nuevos retos como está pasando en las grandes tecnológicas del mundo.