En Zipaquirá, el ‘trueque’ de los Muiscas

Los «panes de la sal» eran la moneda o medio de cambio respaldado por el trabajo indígena, en su trueque comercial.

Para el año de 1537, la Tierra de la Sal es región de los cultivos y viviendas cilíndricas en paja, de los Muiscas salineros.

Según la Enciclopedia Temática Planeta, «La sociedad Muisca se basó en un grupo de familias emparentados por vínculos de sangre. Los jefes de confederación, los de tribu y los sacerdotes, eran una clase superior, que tomaba parte de los excedentes de la producción agrícola y minera de sus gobernados que trabajan en común las tierras de su jefe de clan, o del Sacerdotes o jeque.

Varios clanes formaban una tribu y sus miembros trabajan las cementeras del cacique o uzaque – jefe de tribu -, que cobraba los tributos y entregaba parte de ellos al Zipa o al Zaque, jefes de estas confederaciones conformadas por varias tribus. Una clase gobernante principal, era secundada por otra que regía grupos menores, llamados capitanías o parcialidades».

Los indígenas Muiscas de Zipaquirá que explotaban la sal, denominaban la economía llevando los «panes de la sal» (que eran la moneda o medio de cambio respaldado por el trabajo indígena, en su trueque comercial) para cambiarlos por frutas, telas de algodón, esmeraldas, oro, cerámicas, mantas, animales.

Usaban el azadón y abrían una especie de canales de riego y terrazas en las laderas del Cerro del Zipa por detrás, a la izquierda de Pueblo Viejo – 183 metros de Pacaquem, donde hoy en día está ubicado el centro de Zipaquirá en dirección al municipio Pacho. Allí vivían en bohíos o chozas cubiertas de paja.

Los Muiscas, dirigidos por el Cacique Zipa Bacatá, dueño de la montaña salina y de la mayor parte de la Sabana que había conquistado en luchas cruentas, fueron excelentes agricultores; cultivaban el maíz común (haba), maíz colorado (sasumi, sasami), maíz blanco (fuequiepquijiza); papa grande (peaatiomi); papa morada por dentro (Boxiomi); papa arenosa (quijasaiomi); quinua; cubios; chiguas.

En cuanto a carnes, consumían de curí, conejo, aves y a veces pescado. Estos objetos los enviaban como intérpretes y mensajeras, en sus sacrificios religiosos, a sus dioses que ya aprendían a hablar su idioma. La carne de venado era solamente para las familias aristócratas.