Arabia Saudita ha lanzado Humain , un gigante de la inteligencia artificial respaldado por el Estado con 10 mil millones de dólares en capital de riesgo y un mandato para dominar todo, desde los chips hasta los centros de datos.
Con el respaldo del Fondo de Inversión Pública de 940 000 millones de dólares y presidido por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, Humain ya mantiene conversaciones con OpenAI, xAI, Andreessen Horowitz y otras empresas para cerrar acuerdos de capital y alianzas estratégicas. Se trata de un esfuerzo a gran escala para convertir al Reino en un centro global de infraestructura de IA.
El plan es de gran alcance: 1,9 GW de capacidad para 2030 , que se ampliará a 6,6 GW para 2034 , y un objetivo explícito de gestionar el 7 por ciento del entrenamiento y la inferencia de IA a nivel mundial .
También es profundamente transaccional. A cambio de tecnología, Riad ofrece electricidad barata, bienes raíces y capital. Las empresas estadounidenses hacen fila, mientras Washington, discretamente, elimina los obstáculos a la exportación.
NVIDIA, AMD, AWS y Qualcomm ya se han unido. Una empresa conjunta de AMD de 10 000 millones de dólares, un centro de diseño de chips de Qualcomm de 2 000 millones de dólares y 18 000 GPU ya están asignadas para la primera planta.
Pero bajo las cifras se esconde una ventaja geopolítica. Arabia Saudita apuesta a que el control de la informática será más poderoso que el del petróleo. Y lo hace de una manera que corteja deliberadamente a los aliados de EE. UU. mientras excluye a China, no solo por la comodidad de la transferencia tecnológica, sino por influencia.
Los Emiratos Árabes Unidos ya están a la vanguardia en los LLM, pero Arabia Saudita se acerca a la infraestructura global. La pregunta no es si Humain construirá los centros de datos, sino qué parte del futuro podrá controlar una vez que estén en línea.