NASA y DARPA crearán un cohete de propulsión termonuclear, con Marte en el punto de mira

La NASA anunció una nueva alianza con la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA) para desarrollar y demostrar un cohete espacial de propulsión nuclear que podría ser usado para llevar humanos a Marte.

Mientras la NASA se prepara para poner astronautas nuevamente en la superficie de la Luna, no pierde de vista su otro gran objetivo: llevar a los humanos a Marte. Por ello, la agencia espacial estadounidense anunció una nueva alianza con DARPA, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa, para desarrollar y demostrar un cohete de propulsión termonuclear.

El objetivo de este proyecto es avanzar en un punto crucial para que las misiones tripuladas a Marte se puedan concretar: probar la factibilidad de la propulsión termonuclear, que promete ser más rápida y eficiente que los métodos utilizados en la actualidad. De acuerdo con la NASA, utilizar un cohete espacial con este tipo de motorización traería enormes beneficios tanto en el apartado técnico como en el de seguridad.

Reducir los tiempos del viaje espacial implicaría menores riesgos para los astronautas, aseguran desde la agencia. Además, se liberaría espacio crucial en las naves para destinarlo a instrumentos más avanzados, equipos de comunicación más potentes y una mayor cantidad de suministros para la supervivencia de los tripulantes, considerando la extensión del viaje.

«En un motor de cohete termonuclear, se utiliza un reactor de fisión para generar temperaturas extremadamente altas. El motor transfiere el calor producido por el reactor a un propelente líquido, que se expande y expulsa a través de una tobera para propulsar la nave espacial. Los cohetes termonucleares pueden ser tres o más veces más eficientes que la propulsión química convencional», explica la NASA.

El proyecto anunciado por la NASA y DARPA es realmente ambicioso. Ambas agencias pretenden realizar una demostración espacial de su sistema de propulsión termonuclear a partir de 2027, como fecha más temprana. Quedará por verse si logran cumplir una meta tan próxima, considerando que estamos a solo cuatro años de distancia. Aunque no sería de extrañar que la iniciativa sufra demoras.

En cuanto a las jerarquías dentro de esta alianza, la NASA se encargará de liderar el desarrollo técnico del motor de propulsión termonuclear. Lo hará a través de su Dirección de Misión de Tecnología Espacial (STMD, por sus siglas en inglés). En tanto que DARPA proporcionará la nave experimental que se utilizará durante la prueba en el espacio.

Vale aclarar que esta alianza entre los dos organismos nace para continuar con un programa ya existente de DARPA, llamado DRACO. El mismo ya lleva algunos años de desarrollo, con la citada agencia trabajando a la par del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

De hecho, en 2021, Blue Origin, la empresa aeroespacial de Jeff Bezos, ganó un contrato para diseñar una nave espacial con propulsión termonuclear capaz de volar en la órbita terrestre baja para 2025. En tanto que a Lockheed Martin se le encomendó una tarea similar.

Por ello, no sorprende que sea DARPA la que dirija el programa general y actúe como órgano de contratación para todas las etapas. Esto último incluye el desarrollo del cohete y las piezas que componen los motores, incluido el reactor de fisión, entre muchas otras responsabilidades. En cuanto al ensamblaje de la motorización, ingenieros de ambas agencias se harán cargo de la tarea.

Es importante recordar que, en 2020, la empresa General Atomics le presentó a la NASA un concepto de propulsión termonuclear. Aunque por ahora se desconoce si esta compañía será una de las tantas involucradas en el programa DRACO.

Esta no es la primera vez que se analiza la propulsión termonuclear como una posibilidad para enviar misiones tripuladas a Marte. De hecho, la NASA ya cuenta con una importante experiencia en el desarrollo de este tipo de motores para naves espaciales, aunque nunca pudo probarlos en el espacio. Esto último es lo que intenta remediar la alianza con DARPA.

El último antecedente de la NASA y los cohetes espaciales termonucleares data del programa NERVA (Nuclear Engine for Rocket Vehicle Application), que comenzó en los años cincuenta y se extendió hasta 1973. El proyecto había nacido en el seno de la Comisión de Energía Atómica de Estados Unidos y tenía fines netamente militares. Después de todo, la intención original apuntaba a su implementación en misiles balísticos intercontinentales.

Sin embargo, posteriormente se volvió una iniciativa civil desarrollada en conjunto con la NASA para analizar la factibilidad de la propulsión termonuclear en viajes espaciales. De hecho, la hoja de ruta de NERVA era muy ambiciosa y apuntaba a enviar astronautas a Marte en 1978. Sin embargo, eso nunca sucedió, debido a su cancelación por parte de la administración de Richard Nixon.

El mayor éxito de la NASA en el ámbito de la propulsión termonuclear fue con el motor NERVA XE. Al punto tal que fue probado en tierra y considerado preparado para las misiones a Marte de la agencia espacial. No obstante, nunca llegó a ser implementado en una demostración espacial.