La influencia positiva de Musk en Twitter

La “era Musk” se deja sentir ya en Twitter. Al menos en lo que se refiere al debate sobre sus servicios. Apenas unos días después de revelar que es el máximo accionista de la red social, con una participación del 9,2%, Elon Musk ha empezado a sugerir cambios de calado en uno de sus servicios más jóvenes: Twitter Blue, una suscripción de pago lanzada el año pasado y que da acceso a ciertas “funciones premium”, como deshacer tuits, cambiar el icono o aplicar temas.

De momento, como explica Twitter, está disponible solo en EEUU, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.

A través de su propio perfil, Musk planteó ayer algunas modificaciones relevantes. Una de los principales afecta al precio. El directivo de Tesla sugirió que los usuarios deberían pagar unos dos dólares al mes —la compañía detalla que el precio de la suscripción varía entre región a otra, pero Reuters señala su coste mensual en 2,99 dólares— y obtener una marca de verificación.

“El precio debería ser probablemente de ~2$/mes, pero se paga 12 meses por adelantado y la cuenta no se marca durante sesenta días (cuidado con las devoluciones de cargos de la CC) y se suspende sin reembolso si se usa para estafa/spam”, escribió Musk: “Todos los que se registran en Twitter Blue (es decir, pagan $ 3 / mes) deben obtener una marca de verificación de autenticación”.

No es su única propuesta. El responsable de Tesla y SpaceX, que lleva tiempo siendo una de las voces más populares de Twitter, pero ahora ha visto como su peso en la red gana fuerza gracias a su cartera de acciones, ha sugerido que los usuarios de Twitter Blue puedan pagar en moneda local o en dogecoin. A mayores, planteó una prohibición de la publicidad en los servicios premium.

En su web Twitter explica que los anuncios son una pieza clave de sus finanzas y señala el “costo operativo” que supondría avanzar en esa línea: “Queremos mantenerlo a un precio razonable “. Musk aboga sin embargo por centrar el debate en otro punto: la independencia de la red social. “El poder de las corporaciones para dictar políticas aumenta mucho si Twitter depende del dinero de la publicidad para sobrevivir”, tuiteaba ayer tras plantear el fin de los anuncios en Blue.

En las últimas horsa Musk ha tirado también de su perfil, en el que suma 81,2 millones de seguidores, para lanzar encuestas tan curiosas como multitudinarias. En una propone eliminar la W de Twitter y en otra convertir la sede de Twitter en San Francisco en un refugio para sintecho. “Nadie aparece, de todos modos”, apunta. No son los únicos comentarios que han agitado las redes. Ayer mismo compartía un listado con las cuentas más seguidas, un ranking encabezado por Obama, Justin Bieber y Katy Perry, y lamentaba que muchas de ellas apenas tienen actividad.

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