MicroClimatt estudia la eficacia de los bioestimulantes de microalgas

Estudiar el esencial papel de los bioestimulantes agrícolas, y en concreto de aquellos elaborados a partir de biomasa de microalgas, es el objetivo del Grupo Operativo MicroClimatt, que busca demostrar la eficacia de innovadoras soluciones bioestimulantes derivadas de microalgas que logren combatir eficientemente los efectos del cambio climático en cultivos como el tomate o el trigo.

MicroClimatt evaluará en dichos cultivos los efectos que a nivel fisiológico y transcriptómico son inducidos por el tratamiento con novedosos bioestimulantes de microalgas. Por ejemplo, en situaciones de estrés hídrico o tasas deficientes de fertilización como las provocadas por el cambio climático de forma directa o indirecta.

Dotado con un presupuesto de 560.725 euros, este grupo operativo está cofinanciado por la Unión Europea al 80% con cargo al Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER) y al 20% con cargo al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

El proyecto está promovido y coordinado por AlgaEnergy, empresa líder a nivel internacional en el sector de la biotecnología de microalgas y sus aplicaciones, y en él participan el Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis (IBVF) de la Universidad de Sevilla, el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC) y la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA). Asimismo, BIOVEGEN – Plataforma Tecnológica de Biotecnología Vegetal se encargará de coordinar las actividades de valorización y divulgación.

Además de evaluar la mejora de la resistencia al estrés hídrico y de la eficiencia en la utilización de nutrientes en cultivos de tomate y trigo tratados con los bioestimulantes de microalgas, MicroClimatt también tiene como objetivos cuantificar la incorporación de carbono en la biomasa vegetal de los cultivos, vinculado al incremento de productividad; evaluar el aumento de la incorporación de carbono orgánico en el ‘sumidero suelo’; estudiar la mejora de la fertilidad edáfica de los suelos por efecto del tratamiento de cultivos con derivados de microalgas, así como la mejora de la calidad, la funcionalidad y la sostenibilidad del suelo.

La aportación de los bioestimulantes a la agricultura es ya relevante, y la previsión es que su mercado se cuadruplique entre 2022 y 2030 a nivel mundial.

Además de contribuir a una agricultura más rentable y sostenible, mediante el aumento de la competitividad de los países que apuesten por producciones de calidad exportadora, se espera que ayuden a producir más con menos gracias a la reducción del uso de nitrógeno y otros elementos químicos, lo que está muy alineado con la estrategia europea De la granja a la mesa, que se ha puesto como objetivo la reducción del 20% de fertilizantes y un 50% de fitosanitarios hasta 2030.