Arqueólogos han hallado un lenguaje antiguo hasta ahora desconocido que data de miles de años. El desafío radica en que aún no han logrado descifrar su significado.

Los expertos afirman que la lengua pertenece a la familia indoeuropea de Anatolia

Desde hace décadas se realizan excavaciones arqueológicas en la antigua ciudad de Boğazköy-Hattusha, en Turquía, muchas de ellas bajo la dirección del Instituto Arqueológico Alemán (DAI). El principal motivo es que decenas de lenguas antiguas abundan en ese lugar, que un día sirvió de capital al imperio hitita que gobernó el centro-norte del país en la Edad del Bronce, entre 1650 y 1200 a.C.

Entre los descubrimientos realizados durante todo un siglo se han encontrado alrededor de 30.000 tablillas de arcilla que detallan las costumbres y cómo era la sociedad de aquella Anatolia tan lejana en el tiempo. Debido a todo ese patrimonio histórico, el lugar fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986.

La mayoría de estas tablillas contenían inscripciones en hitita, la lengua indoeuropea más antigua registrada (y el árbol lingüístico a través del cual se originó el inglés y muchas otras lenguas europeas), también otras lenguas regionales como el luvita, el palaico o el hatic. Sin embargo, hace unas semanas, las investigaciones en este enclave arqueológico descubrieron algo inesperado: un nuevo lenguaje desconocido.

Sí, un nuevo idioma que hasta ahora nadie sabe descifrar.

Fue descubierto escondido junto a otro texto de culto (en hitita) inscrito en una tablilla en el mencionado sitio de Hattusha. Ese texto concretamente pertenece a un idioma de la tierra de Kalašma, un área que se localizaba al noroeste de la frontera del imperio hitita, donde hoy se encuentran las ciudades de Bolu o Gerede en el norte de Turquía. Y junto a ese antiguo texto para rituales en particular estaba una pequeña recitación de un idioma misterioso.

Proviene de la “madre” de casi todas las lenguas

Lo que dice la inscripción todavía es un enigma sin resolver, aunque según la Julius-Maximilians-Universität Würzburg (JMU) en Alemania, una universidad pública de investigación, la lengua pertenece a la familia indoeuropea de Anatolia, la que muchos llaman la lengua “madre”. Y es que, tal y como sugiere su nombre, las lenguas indoeuropeas constituyen una gran familia que abarca muchos países modernos de Europa, la meseta iraní y el subcontinente indio.

De hecho, casi la mitad de la población mundial habla una lengua indoeuropea, que incluye el inglés, el hindi, el español, el francés, el ruso, el portugués, el alemán, el punjabi y el bengalí. Los historiadores creen que esta lengua se originó alrededor del Mar Negro, en lo que hoy es el sur de Ucrania.

Volviendo a la tablilla misteriosa, los expertos creen que, aunque el descubrimiento supone un hito, era de esperar que se encontraran nuevos idiomas antiguos en el lugar, ya que los hititas se esforzaron por preservar muchas lenguas.

“Los hititas estaban especialmente interesados en registrar rituales en idiomas extranjeros”, dijo en un comunicado Daniel Schwemer, director de la Cátedra de Estudios del Antiguo Cercano Oriente de la JMU.

Además, este nuevo descubrimiento podría revelar en el futuro nuevos datos sobre la civilización hitita, un pueblo de Anatolia que dominó gran parte de lo que hoy es Turquía en el segundo milenio a.C. y que se menciona con frecuencia en la Biblia hebrea. Lo cierto es que fue toda una potencia económica que dejó una huella cultural inmensa en todo el mundo.

No es el único idioma perdido descubierto recientemente. A principios de este año, los investigadores anunciaron que habían logrado descifrar una escritura antigua que nadie había podido llegar a comprender durante décadas. En este estudio publicado en la revista Transactions of the Philological Society, los científicos detallan cómo lograron esta hazaña: entender un antiguo sistema de escritura desconocido que alguna vez se usó en Asia central entre el 200 a.C. y 700 d.C.