Este proyecto del inconformista arquitecto francés François Roche ha sido una petición expresa de un coleccionista de arte contemporáneo. The Snake, que así de llama el proyecto de interiorismo que vemos hoy, es un extravagante espacio que es a la vez galería de arte, taller y residencia. Todo ello desafiando los estándares de la arquitectura.
El proyecto consistió en rehabilitar un antiguo edificio industrial de ladrillos de algo más de 350 m2 transformándolo en un espacio cúbico blanco atravesado por una estructura tubular de madera y yeso. Este peculiar “pasillo” es el que le da el nombre a la casa.
Los blancos y fantasmagóricos espacios de la casa se aclaran gracias a una cristalera cenital. La cocina, el baño y la habitación del propietario están distribuidos a lo largo del cuerpo de “Snake”, mientras que la colección de arte del propietario podemos encontrarla distribuida por las paredes del amplio espacio principal.
Además la casa cuenta con un lugar especial para guardar todas las obras que no están expuestas en unas condiciones totalmente óptimas para su conservación. Este peculiar loft podemos encontrarlo en París.